Claro homenaje a la ciudad de la luz, esta biografía de Jacques Offenbach utiliza la vida y obra del compositor para montar un retrato penetrante de París durante el Segundo Imperio: galanes, dandis, cortesanos, periodistas disolutos y aristócratas esnob, en un mundo de salones elegantes y desenfrenados carnavales callejeros. Las operetas de Offenbach, inmensamente populares, se consideran parte de la amnesia histórica y el escapismo de las postrimerías revolucionarias de 1848. Pero el autor insiste en que estas producciones han de entenderse como algo más que brillantes distracciones. Mediante el examen de la superficialidad y la mistificación de la experiencia colectiva, Kracauer ofrece una fisonomía reveladora de la realidad social. Los reinos de fantasía de sus operetas seguían por un lado con la irreal mascarada imperial de Napoleón III, pero por otro hacían una importante burla de la pompa, las pretensiones, el fraude y la corrupción de los aparatos del poder. Estas operetas eran, por tanto, una clara forma de protesta revolucionaria, además de el evocador símbolo de un mundo loco y glamuroso.