Nadie duda de que Isabel la Católica ha sido una de las figuras más poderosas de su tiempo. Una reina que extendió las fronteras de España hasta los límites extremos de la tierra. Una soberana capaz de imponer su voz en un mundo de hombres. Todos conocemos a la reina, pero no a la mujer, a la gran dama que se esconde tras ese semblante austero. A esa persona capaz de albergar los sentimientos más divinos y las pasiones más terrenales. La gran aventura de su vida, que empezó con Las hijas de la luna roja y continuó con El tiempo de la siembra, culmina ahora en El sabor de las cerezas, una novela exultante que celebra los últimos y gloriosos días de Isabel, una mujer... de armas tomar.