En Habitaciones irreales, Adolfo García Ortega realiza una profunda reflexión, radical y libre, sobre el proceso de creación literaria y sus complejas implicaciones en la vida real. La búsqueda del conflicto en la dualidad entre teoría y acción preside estas anotaciones sustanciales llenas de lucidez. Destellos de luz aplicados al criterio de que todo escritor ha de orientar su obra desde una poética, incluso desde una tradición, para que su actividad de escritor se objetive, incida en los lectores y no pierda nunca su naturaleza subversiva.