El viajero del siglo es un ambicioso experimento. Propone volver a mirar el siglo XIX con la perspectiva del XXI. Buscando una posada para pasar la noche, Hans detiene su coche de caballos en Wandernburgo, una ciudad entre Sajonia y Prusia. Se queda un día más y, al siguiente en la Plaza del Mercado, se fija en un anciano que toca el organillo. El viajero del siglo es un diálogo entre la Europa de la Restauración y los planteamientos de la Unión Europea; entre la educación sentimental actual y sus orígenes, entre la novela clásica y la narrativa moderna. Comparando el pasado y nuestro presente global, el relato analiza los conflictos actuales: la emigración, el multiculturalismo, las diferencias lingüísticas, la emancipación femenina y la transformación de los roles de género. Todo ello en un intenso argumento, no exento de intriga y humor, y con un estilo rompedor que ofrece a tan profundos asuntos un sorprendente cauce. (Premio Alfaguara de Novela 2009).