¿Qué relación guarda el hombre de negro con su amiga Elsa? Gabriela no deja de sorprenderse de los acontecimientos que se van desenvolviendo en torno al robo de las gemas del Vaticano. ¿Por qué el señor Wilson parece esconder algo a los agentes de la Interpol? El misterio de las desconocidas gemas provoca constantemente circunstancias inesperadas a la vez que asombrosas, la Interpol no ha sido capaz de evitar los robos en las sucursales. Pero queda una: la que les toca proteger a ella y a Nelson. El caso no para de dar giros delante de sus propios ojos sin poder percibirlos. El misterio del hombre de negro provoca a partes iguales su crispación como el desenfreno que azota sus actos. ¿Es verdaderamente la Academia una secta? Nunca antes habían oído hablar de ella pero ahora parece ser una de las claves. ¿Puede haber alguien tan loco como para confiar en un resurgir de un continente mitológico? Y de ser así, de realmente aparecer ¿qué consecuencias tendría en la Tierra? Demasiadas preguntas trastornan la conciencia de Gabriela desde el primer robo en las sucursales. Su misión ahora es encontrar al culpable de esos robos. Pero al mismo tiempo debe de proteger la vida de Elsa y, especialmente permanecer alerta de ese misterioso hombre de negro que parece contar con unas habilidades extraordinarias, así como proceder de otro mundo o quizás de otra época. En El Último Atlante la conjetura de tantas preguntas solamente tienen una respuesta: La Atlántida. A través del viaje efectuado a lo largo de su vida Saúl debe de proteger la historia de los suyos y hará todo lo posible por ello.