Desarrollada en un medio exótico y mágico, la acción traslada al lector a un mundo de símbolos, repleto de imágenes y de una hondura extraordinaria. Pero no crea por eso que Vasconcelos pierde en este libro suyo el contacto con la realidad. El mundo actual se halla presente también en estas páginas, con toda su intensidad y su problemática manifiesta o latente, en atractivo claroscuro.