"Se puede hacer el retrato de una persona haciendo el retrato de su paisaje"
Bellísima manera de escribir de Jean Giono en este relato breve, con un mensaje lleno de esperanza y recordando el poder de la perseverancia y la intención.
Con el título está dicho todo, el hombre que plantaba árboles y plantando plantando llegó a plantar muchos llenando de vida un paisaje pelado, arisco y reseco. La gracia del libro no es la trama, sinó el mensaje, y a la vez la sublime forma en como nos cuenta este cuento, lleno de poesía y descripciones exquisitas del paisaje alpino y de sus gentes desde 1913 a 1947 y en especial la fotografia profunda y intimista que nos regala de su protagonista Elzéard Bouffier: "Para que el carácter de un ser humano manifieste sus más excepcionales cualidades, hay que tener la fortuna de poder observar su actuación a lo largo de muchos años. Si dicha actuación está desprovista de todo egoísmo, si obedece a una generosidad sin par, si es del todo cierto que no abriga un afán de recompensa y que por añadidura ha dejado una huella patente sobre la faz de la tierra, entonces no cabe error alguno, nos encontramos ante un carácter inolvidable"
hace 5 años
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