Se trata de un recopilatorio de relatos del autor: un poema inicial dedicado a la madre y veinte relatos breves. Casi siempre que termino un libro de Erri De Luca me queda la sensación de que mucho de lo que cuenta son experiencias personales, esta sensación ha sido aún más intensa en este libro si cabe. De hecho, lo confirmaba el autor en una entrevista que he leído hace poco, en la que afirmaba que eran textos autobiográficos: “Son historias vividas, olvidadas y después recordadas”.
Imposible resumir todo lo que cuenta, pues toca temas muy variados, sus años de militancia, manifestaciones y luchas políticas en los años 60–70, su experiencia en África, recuerdos de niñez en Nápoles, historias de amor y desamor, hay algunos relatos dedicados a los sentidos y los recuerdos que cada uno de ellos le evoca, y también otros que tocan otro de sus temas habituales, los ambientados en la montaña, mostrando una de sus grandes pasiones, que son mis preferidos.
Aunque aparezcan elementos y temas recurrentes de otros de sus libros las historias son nuevas y personalmente me han encantado. Relatos breves, concisos pero inmensamente intensos, tanto que a los pocos días de haber terminado el libro lo volví a leer, porque no quería que nada se me escapase. Me gusta mucho este autor y este libro no ha sido la excepción.