Excelente relato breve en que el autor plasma su experiencia real (en 1897) cuando tras el naufragio del barco en el que viajaba estuvo a la deriva en una pequeña embarcación. “Se parecía a algo muy pequeño, que chapoteando por milagro y encaramado en lo alto de las olas, se encontraba en poder de los cinco océanos.”
Narrado en tercera persona describe las vivencias y reflexiones de esas horas, el esfuerzo agotador de remar sin cesar, la singular y entrañable amistad que surge entre los cuatro compañeros de bote, la desesperación de estar al lado de la costa pero no poder llegar a ella... «Si me voy a ahogar..., si me voy a morir..., si es que me voy a morir, ¿por qué, pues, los siete malditos dioses del mar hicieron posible que llegara a contemplar esta arena y estos árboles? ¿Me trajeron hasta aquí tan solo para que me arrastraran al fondo del mar, cuando estuve a punto de morder el queso precioso de la vida?»
Transmite de manera soberbia la sensación de la insignificancia humana frente a las fuerzas de la naturaleza, “la tranquilidad de la naturaleza frente al sufrimiento y la pugna del individuo” y “el desinterés del cosmos”.
En mi opinión es una narración bella y sencilla pero intensa, sobre una experiencia dura y magnífica a la vez. Me ha gustado mucho. Se lee en un rato y me parece muy recomendable.