Cualquier novela de este autor, Oyola, llama la atención por la manera tan cruda de usar el lenguaje callejero, lo atrapante de sus personajes y lo ágil que es su lectura. Pues bien, aquí se cumple todo eso, y nos mete en una historia de dos amigos malandras presos que al salir llevan a cabo un nuevo golpe con consecuencias inesperadas. El libro es corto, se lee rápido y atrapa desde el capítulo uno. Con lenguaje tumbero, esta novela policial nos muestra violentamente la realidad de los marginados, el sexo, la traición y la amistad. Un poco flojo el final pero vale la pena leer este libro absolutamente.
hace 6 años