Un libro que tiene todos los componentes para formar parte de los clásicos de la ciencia ficción, ganador de un premio Hugo. Muy original, es una historia post-apocalíptica pero vista desde un punto de vista muy novedoso, más cerca de lo social que de lo tecnológico. Además juega con la relación ciencia-religión de una forma muy interesante, y con la importancia de los textos escritos: «Accedite ad eum...» El monje se persignó y murmuró la acostumbrada bendición de los textos; pronunciada antes de leer o escribir, de modo casi tan meticuloso como la bendición de los alimentos. Porque la preservación de la cultura y el estudio, a través de un negro milenio, había sido la tarea de los hermanos de Leibowitz.
hace 4 años