He aquí la historia del pobre Sansavenir, un periodista fracasado que trata de superar un divorcio y a quien le ocurren básicamente dos cosas inverosímiles: se le cuela un intruso en casa y empieza a ver fantasmas. La novela, escrita en una prosa deslumbrante que bebe de la gran renovación narrativa de los años sesenta, se articula a través de dos líneas argumentales: un reportaje que Sansavenir debe escribir para su cutre periódico provincial y la relación bíblica que se ve obligado a establecer con el intruso adorador de Doris Day que parasita su morada y su despensa.