Un adolescente hijo de madre soltera en la Hungría del momento más duro del comunismo huye de su casa tras agredir de noche al hombre, su maestro del colegio, con el que su madre mantiene una relación. El protagonista, objeto de acoso en el pueblo por parte de los demás niños debido a las circunstancias en la que se ha criado, se ve en medio del deslumbramiento hacia la hija del maestro y el odio a éste por saber que le presta un trato especial debido a la relación secreta que mantiene con su madre. Años después, ya adulto, y tras pasar mucho tiempo en orfanatos en los que cambia su identidad oficial, se reencuentra con la hija del maestro, por casualidad, en el día a día de su rutinario trabajo en una fábrica de una ciudad gris de los países del este. Entre el peso de la culpa por su acción de niño, el dilema sobre revelarle o no su identidad a la hija del maestro tras su reencuentro, y sus desdoblamientos de personalidad bajo control médico, Agota Kristoff vuelve a las mismas temáticas de Claus y Lucas, aquí reseñadas: el desarraigo, las situaciones más extremas del ser humano en las que se muestra lo mejor y lo peor, y las patologías mentales relacionadas con la doble identidad. Más relato largo que novela (frente a la extensa Claus y Lucas) su corta extensión juega como un punto a favor por el efecto excesivo que hubiera provocado en el lector una atmósfera tan opresiva mantenida más tiempo. www.antoniocanogomez.wordpress.com
hace 1 mes