Asistimos a la huida, siempre hacia el centro galáctico, de los Bishop, la miriápodia Quath y el resto de familias incorporadas en el anterior volumen, con los mecs pisándoles los talones. El protagonista no es en este caso el capitán Killeen Bishop, sino su hijo Toby, un adolescente que como tal no podrá impedir meterse en líos. Tras encontrar refugio en una improbabilidad física llamada esti, en la que conviven humanos supervivientes de distintas épocas, y en la que el cambio de las leyes físicas es continuo, debido a la proximidad del gran agujero negro central de la Vía Láctea, el inocente Toby se verá perdido y perseguido por uno de los viejos enemigos de la familia: el mortal Mantis.