En la base militar norteamericana de Fort Bragg se entrenan los grupos de élites del ejército. Allí se cometió un crimen y la víctima fue un joven homosexual golpeado hasta la muerte por tres compañeros. Irv Durtscher, responsable del programa televisivo Día y noche, espía a los presuntos culpables y sigue sus pasos con una cámara oculta hasta arrancarles lo que podría ser una confesión.