Segundo libro de la serie "Tinto de verano", es una recopilación de columnas escritas por Lindo para El País, esta vez desde Madrid y el Nueva York post 11S. Me ha encantado y me quedo con ganas de leer más y más.
hace 3 añosLa peculiar familia formada por la que simula ser Elvira Lindo, su santo y sus hijos adolescentes vive en estas páginas un nuevo verano de rutinas matinales, sopores vespertinos y calma chicha nocturna amenizada por el canto de los grillos. La vida en el pueblo al que se retira este dispar grupo humano transcurre con una placidez que, paradójicamente, provoca una intensa inquietud en la protagonista de los irónicos soliloquios que componen esta obra, teñidos del mejor y más penetrante humor.
Segundo libro de la serie "Tinto de verano", es una recopilación de columnas escritas por Lindo para El País, esta vez desde Madrid y el Nueva York post 11S. Me ha encantado y me quedo con ganas de leer más y más.
hace 3 añosReleo este segundo “Tinto de verano” de Elvira Lindo más de quince años después de la primera vez, y aunque algunos personajes/anécdotas que aparecen ya son algo desfasados, ha sido un divertimento igual de grato que en esa primera ocasión.
Formado por pequeños relatos que la autora publicaba diariamente en “El País”, están narrados en primera persona, con mucha ironía y un tono algo impúdico, y versan sobre las vacaciones en el campo de la autora, su “santo” y sus hijos adolescentes. Personajes y situaciones que suenan muy reales y cercanos, aunque en realidad hay mucha ficción. La misma autora nos dice en el prólogo: “Este libro está lleno de verdades y mentiras. Las verdades las utilizo para que el lector se crea las mentiras”.
Como singularidad, algunos de los relatos (los últimos) están ambientados en Nueva York, dando diversidad temática al conjunto.
He disfrutado mucho la sencillez, humor y reflexiones de estas breves crónicas literarias, que me han dejado con una sonrisa. Una lectura ligera más que recomendable, en especial para la época veraniega, ya sea para leer a pequeños sorbos, como fue publicada inicialmente, o devorar con fruición.