Es esta una nueva historia de la célebre pareja formada por Bertie Wooster y su eficaz ayuda de cámara, el “inimitable” Jeeves. El joven y ocioso Bertie se mete fácilmente en líos y no duda en pedir ayuda a Jeeves, quien, con su inteligencia y múltiples recursos (casi siempre se sirve de sus contactos entre el personal de servicio de otras casas), ofrece sabios y acertados consejos y ayuda a salir de los embrollos más inverosímiles a su aristocrático señor y a sus amigos.
En este caso será el enamoradizo Bingo Little, amigo de Bertie desde la infancia, el que pedirá ayuda en más de una ocasión. Pero aparte de los amoríos de Bingo, Bertie se verá implicado en problemas con apuestas, tendrá que lidiar con su implacable tía Agatha, que ha decidido que su sobrino tiene que casarse, y controlar las locuras de sus rebeldes primos, Claude y Eustace. Evidentemente siempre será Jeeves el que con su ingenio y sutileza logre el éxito en todos los campos (y en su propio beneficio).
Escrito en primera persona y con abundantes diálogos, destaca la ironía y sarcasmo con que se narran las absurdas situaciones en que se sumergen los personajes.
Había leído del mismo autor “Jeeves y el espíritu feudal”, en mi opinión una lectura ligera y amena pero bastante mediocre. En cambio “El inimitable Jeeves” ha resultado ser una sorpresa inesperada, además de entretenida (a pesar de que los continuos enamoramientos de Bingo resultan algo repetitivos), me ha gustado mucho más en conjunto.
Una lectura ligera y divertida, con mucho humor británico que tanto me gusta y recomendable para pasar un buen rato.