El autor defiende el idioma español frente a las amenazas y ataques que sufre: la fuerza invasora de lo sajón, los problemas que afectan al sistema educativo, la extensión de las nuevas tecnologías y el mal uso que a menudo hacen de él los hispano-hablantes. Una reivindicación del español, pero no a costa de otras lenguas sino en diálogo enriquecedor con todas ellas.