El 16 de abril de 1913, pocos días después del atentado de un anarquista contra Alfonso XIII, los cadáveres de dos hombres jóvenes aparecen en la ribera del Manzanares con las orejas amputadas. Dos personas que no se conocen y que poco tienen que ver entre sí se verán mezcladas en una investigación extraoficial: una, la madame del burdel de Cuatro Caminos donde los dos chicos pasaron su última madrugada, el otro; un policía de Chamberí ambicioso, inteligente, antipático y malcasado. Los dos son personajes que no tienen la vida que querrían, y para ambos resolver el caso supondría alguna clase de redención.