Crearse del barro por segunda vez con la argamasa del dolor, el miedo y la rabia; crearse después del abuso sexual; creer de nuevo, rehacerse y emprender el camino de la sanación. Los abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia católica han hecho temblar los cimientos vaticanos. Sin embargo, muchos de sus representantes han optado por fingir que no ocurría nada, por disimular o negar la evidencia. En este libro, escrito a tres bandas, el testimonio femenino de quien fue vejada se convierte en una reivindicación de la dignidad de las víctimas y del derecho a que situaciones intolerables dejen de ocultarse. Como lector no deja de sorprenderme que un vicario critique abiertamente la actitud de gran parte de la Iglesia y apoye a la víctima; como hombre me admira la valentía de una mujer que lucha por salir de las tinieblas. Estremecedor relato de una mujer capaz de mirar al futuro y de narrar su pasado para que otras víctimas salgan de un presente atormentado y del más cruel de los anonimatos. (Jorge Juan Trujillo, 21 de agosto de 2017)
hace 7 años