Veinte retratos capturados en cualquier lugar, en cualquier momento, y que Arman Teyotl los acerca sigiloso a los lectores. Veinte cuerpos entrelazados por hilos invisibles, indescifrables. Veinte personas con más cosas en común de las que quisieran. Veinte urbanos momentos reflejados en versos cuidadosamente detallados, estéticamente demarcados. Instantes precisos en que sucede algo que es epifanía de la verdad. Fijados en poemas, pero no permanentes ¿O sí? Más cuatro haikús que muestran la belleza natural de nuestro alrededor, y que a veces olvidamos; por eso el autor, con esa mirada profunda y afilada que lo caracteriza, trata de recordarnos, cuatro momentos capturados en la memoria, en su memoria. Además, un pilón inesperado, algunos poemas sueltos que remiten a la cotidianidad que nos rodea y que sin más nos recuerda que la poesía puede, podría, estar en cualquier parte.
hace 3 semanas