Una noche de agosto en Roma. Carla y Vito llevan un tiempo separados, pero han vuelto a reunirse para celebrar el cumpleaños de su hija menor. No fue un divorcio fácil. El carácter violento y celoso de Vito propició un infierno largo y secreto. Sin embargo, la cena familiar va bien, incluso los dos hijos mayores se alegran de ver a su padre. Y podría decirse que también Carla: en el fondo pasaron juntos media vida, él fue su gran amor. Todo se trastoca cuando, al fin de la velada, Vito desaparece.
Dos semanas interminables. La búsqueda de Vito es frenética. Carla y los niños están desesperados, aunque no son los únicos. Hay otra mujer implicada en las pesquisas, Milena, su amante durante muchos años. Pero quienes más inquieren por Vito son su hermana, Mimma, y sus parientes y amigos, que vienen del sur, de Puglia, y tienen modales mafiosos. El día que aparece el cadáver, el misterio estalla en mil pedazos, con una clara sospechosa.
Muchas versiones para una sola historia. Todos buscan la verdad, pero son la policía y los jueces quienes tienen que encontrarla. Suya es la tarea de averiguar qué pasó. Pero en este caso, ¿puede realmente existir una sola verdad, clara y unívoca? Así empieza el juicio a una mujer que es un juicio a todas las mujeres.