Eugenio Cambaceres (Buenos Aires, 1843-1889) disfrutó, por nacimiento, de una situación económica holgada que no le obligó a tener que ganarse la vida. Una afición natural al diletantismo y la dolce vita hicieron de él un dandy y un "conversador", que vivía a todo tren y recibía en un hotel particular a la flor y nata de la intelectualidad y la oligarquía porteñas. Interesado por la literatura, las artes plásticas, el teatro y la música, formó parte activa de la cultural, política o simplemente mundana de su época.
Sin embargo, tuvo que dar término a su carrera política y periodística tras un escándalo sentimental que terminó en desafío por parte de un marido engañado.
Sin rumbo es la tercera de las cuatro novelas que escribió, y en la que alcanza la plena madurez como novelista. En ella da rienda suelta a una descripción desgarradora del hastío y a una pintura descarnada y cruda de los instintos, así como a una descripción en clave de acontecimientos, a menudo autobiográficos, de la realidad contemporánea. Es la historia del destino trágico de un joven estanciero que, hastiado de la vida y de los placeres de la ciudad, busca en el campo un refugio regenerador.