En el curso del año 1656, Blaise Pascal (1623-1662) concibió el proyecto de realizar una especie de apología del cristianismo, y para ello comenzó a escribir en papeles sueltos todo lo que temía que su propia memoria no recordase para tal fin: ideas expuestas en una palabra o en una frase, reseñas de lecturas, máximas, aforismos y sentencias, confidencias personales, apuntes espontáneos. Estas notas recogidas y publicadas tras su muerte, es lo que conocemos con el nombre de Pensamientos.