Resumen

Mora, caminando en la dirección de la mirada del ángel de la Historia, revisa en este ensayo cómo ciertas estructuras de la literatura y el arte modernos han puesto las bases de una concepción del espacio artístico que ha perdurado incluso después de las posmodernidad y de lo que él llama pangea, el tiempo digital y acrónico en el que nos encontramos. Entre un libro y otro libro, entre una obra de arte y otra, entre los conceptos estéticos y los literarios, existen pasadizos; pasajes subterráneos conocidos unas veces, secretos en su mayoría. Este ensayo toma la forma de una linterna, para abrirse paro por esos corredores. Arquitectos y poetas, pintores y filósofos, escultores y narradores comparecen en esta obra, pintores y filósofos, escultores y narradores comparecen en esta obra, mostrando cómo sus espacios dialogan en una topomaquia incruenta, una batalla de lugares simbólicos en la que el único muerto es el aburrimiento.