«Nusch encarna un poderoso vínculo de posesión-dominación erótica que la une a Paul. Paul sueña. A Paul le gusta soñar con el cuerpo de Nusch. Goza al pensar en el cuerpo de Nusch gozando. Paul y Nusch comparten secretos eróticos impublicables que sellan su juramento de amor. Todo tipo de rumores circulan en torno al poeta desde que comparte sus días y sus noches con Nusch: pervertido sexual, obseso, amante de las orgías, libertino... pero también impotente». Más allá de unos cuantos collages, la verdadera obra creativa de Nusch (1906-1946) fueron sus años de convivencia con Paul Éluard. En ellos, rompiendo todos los tabúes que la sociedad imponía a la mujer de su tiempo, Nusch hizo de su cuerpo una página en blanco donde el poeta proyectaba el amplio abanico de sus deseos eróticos y encontraba inspiración para su vida y sus poemas. Chantal Vieuille realiza un ejercicio de recomposición biográfica sobre quien fuera icono del surrealismo gracias a las fotografías de Man Ray o Dora Maar, a los retratos firmados por Picasso, Miró o Magritte, y a los dibujos de Dalí o Roland Penrose. En él, llena de claroscuros, vibra la presencia aún bella, mágica y radiante de una de las figuras más enigmáticas de la cultura francesa del siglo XX.Chantal Vieuille (1953) Tras finalizar sus estudios de literatura francesa, se ha dedicado sobre todo al mundo editorial. Fundadora de Éditions Complicités y de Artelittera.com, entre sus libros se cuentan Gala (1986) y Kay Sage ou le surréalisme américain (1995).