El joven periodista Ricardo Dudda, hijo de alemán prusiano y criado, entre otros sitios, en una pedanía de Mazarrón (Murcia) escribió de niño una redacción en el colegio sobre su padre y la familia de éste. Con el reto pendiente de indagar en esos lejanos orígenes (más teniendo en cuenta la distancia de cincuenta y dos años que lo separan de su padre), emprende un día la tarea de indagar en ello a través de archivos familiares y conversaciones con él. Hurgando en los documentos policiales de su abuelo paterno, sobre los que nadie hasta el momento se había decidido a entrar, descubre su pasado colaboracionista con el nazismo y la manera con la que la Alemania posterior, al igual que a muchos de sus habitantes, se lo perdonó mirando avergonzada hacia adelante. El pasado del abuelo nazi, al aparecer al final de esta novela de autoficción, queda como un filón que Dudda podría haber explotado más desde el punto de vista literario. Explayarse más sobre las sensaciones que experimentó, el impacto que la noticia produjo en su padre…etc. Pese a ello, y al exceso de nombres propios y referencias históricas sobre el pasado de Prusia y Alemania, el autor no incurre en el tedio en ningún capítulo y goza de pasajes que recrean la manera con la que lo ha marcado esa relación paterno filial y el papel de un joven asumiendo el rol de protector de su propio padre. Quizá Dudda deba plantearse si novelar una investigación más a fondo sobre el pasado descubierto de su abuelo y publicar una novela sobre ello al estilo de la inconmensurable “El monarca de las sombras”, de Javier Cercas. www.antoniocanogomez.wordpress.com