La moderna ciencia del hombre le debe a Bowlby el hecho de haber enseñado cómo diversos cuadros de psiconeurosis y de trastornos de la personalidad son, en buena medida, la secuela de la carencia de cuidados maternos o de interrupciones sufridas en el vínculo madre-hijo. Esta obra es el lúcido producto de la recopilación y análisis de inteligentes observaciones registradas (y filmadas) que revelan con deslumbrante claridad cómo los niños pequeños, cuando son alejados del hogar y entregados al cuidado de personas extrañas en un sitio desconocido (guardería, hospital.), responden con una aguda e inconsolable zozobra, y cómo al producirse el reencuentro con la madre muestran un comportamiento de intenso aferramiento o de gran indiferencia emocional (período de desapego), o de aguda ansiedad si por alguna causa el niño llega a creerse amenazado por una nueva separación. Bowlby comprobó que la pérdida de la figura materna puede generar procesos y conductas que ofrecen el mayor interés para la psicopatología, y halló, congruentemente, que las respuestas y procesos observados en el niño pequeño se reencuentran en los individuos de más edad que sufrieron experiencias de carencia en épocas anteriores de su existencia. El adulto que sufre carencias tempranamente suele plantear exigencias desmedidas a los demás y mostrarse ansioso y airado cuando éstas quedan frustradas, o suele sufrir un bloqueo de su capacidad para entablar relaciones profundas.