Una noche la pequeña Ana se despierta y se desvela. Como sus padres y su hermana mayor siguen dormidos decide vivir la primera gran aventura de su vida: sola, sin que nadie le pueda decir nada, va al baño, le da leche al gato, se comen unas cerezas y juega en su cama con unos lápices y una muñeca de su hermana. Ana descubre sin querer la felicidad de la libertad. Finalmente, al amanecer queda dormida a los pies de la cama de su hermana junto a su inseparable gato Chiro.