Desde un pueblo de Cádiz despega una nave extraterrestre llevando a once personas en contra de su voluntad. Entre ellas Violeta, que fue abandonada por su madre; Valeria, una niña huérfana increíblemente intuitiva; Andrés, un oficinista alopécico de escasa salud; Luci, una intrépida periodista y a Julio, un informático inconformista. Cuatro de los mismos son curiosamente pelirrojos. Durante el trayecto, Boris, el único humano que viaja conforme a su voluntad, responderá acerca del propósito de la expedición y de otros aspectos del secuestro; como el motivo de la mala salud de Andrés y un primer guiño hacia las facultades extrasensoriales de la pequeña Valeria. Si bien todo lo que dice no resulta del todo cierto, consigue calmar al grupo hasta llegar a Idra, planeta en el que descubrirán otra forma de comunicarse, alimentarse y mantener relaciones sexuales, y en el que serán entrenados, junto a muchos otros, como las mimadas mascotas en relativa libertad, para la raza dominante, los Cromos; seres intelectualmente superiores, pacíficos y de aspecto versátil y acuoso. Dirigida a un público joven por el tema y velocidad narrativa, pero mayor de 18 años por su contenido sexual.