"La idea del comunismo", sostiene Tariq Ali, era sencilla y noble: la creación de una sociedad basada en el principio «de cada uno según su capacidad, a cada uno según sus necesidades» en lugar de un sistema basado en la codicia y el beneficio. La visión de la sociedad que esbozaron los fundadores del comunismo era, de hecho, muy distinta de lo que luego llegó a conocerse bajo la etiqueta de «socialismo real» como el de la Unión Soviética (1917-1991) y China (1949-1989), y cuyo modelo político –un líder supremo, un Estado con un partido único– fue imitado en muchos lugares del mundo. Engels había subrayado siempre que un movimiento de los trabajadores y su victoria eran inconcebibles sin libertad de prensa y de reunión. Esto era, recalcaba, «el aire que necesitan para respirar». En esta estimulante reevaluación de aquella idea original, el autor sostiene que una forma de socialismo y planificación global es vital para salvar el planeta del capitalismo y de la degradación medioambiental.