"Eran sus ojos lo que más impresionaba. Eran inusualmente grandes para una mujer oriental. No parecía ni típicamente japonesa, ni típicamente china. Había algo de la ruta de la seda en ella, de las caravanas y los mercados de especias de Samarcanda. Nadie podría haber adivinado que se trataba tan sólo de una simple chica japonesa nacida en Manchuria". Yamaguchi Yoshiko es descrita así por Sato Daisuke, un oscuro y diletante agente de la policía militar japonesa en Manchuria obsesionado por encontrar a una actriz para producir películas de propaganda japonesas con las que convencer a la población china de las bondades de la cruel dominación japonesa. Comienza así para Yoshiko, ya convertida en Ri Koran, su imprevisible y fascinante aventura vital que la llevará desde la fama a la cárcel, y desde la ingenuidad al compromiso, a través de los extraordinarios acontecimientos que tiñeron de crueldad, dominio y humillación la historia de China y Japón durante las guerras que cambiaron al mundo.