Karmelo C. Iribarren es un poeta que no condesciende con la vacuidad ni la palabrería, quizás porque ha aprendido a creer en la poesía con minúscula y a descreer de las poéticas con mayúscula. De ahí esa mirada suya tan desapegada y tan cercana, tan antisentimental y tan sentimental a un tiempo. Sus poemas, hablen de lo que hablen –y hablan de muchas cosas– hablan siempre de él mismo, es decir, de todos nosotros, sus lectores; quien los lea tocará, como quería Whitman, no un libro sino un hombre." -Abelardo Linares