Siguiendo un poco el comentario de Tenotoico diré que Lobo-Antunes nos ofrece con su prosa un ejercicio mental considerable, una forma de comprender el mundo distinta a la que se suele dar en narraciones más lineales. Hay que adaptar la mente a su forma de contar las historias pero una vez que se sintoniza es una experiencia muy satisfactoria. Una vez dentro descubres la riqueza de detalles y la compleja y afinada construcción de personajes a través de fogonazos de memoria y deseos. Porque así construye Antunes sus historias, saltando en todas direcciones, completanto huecos. Cuando tengo ganas de leer una novela de este autor es porque estoy cansado de lo "habitual", las disfruto muchísimo. Respecto a este libro en concreto, que fue el primero que leí de él, decir que el mérito principal es precisamente la construcción de personajes (creo que tiene mucho que ver la anterior dedicación del autor, psiquiatra, porque a veces pienso que elabora sus ficciones fragmentarias como historiales clínicos). Recomendable de todas todas.
hace 12 años