Excelente novela, ésta y la "segunda parte" (El traductor del rey), porque aunque ambas se pueden leer por separado, pero forman un todo. El retrato de la época es realmente espléndido, y la historia que cuenta hace que empaticemos fácilmente con Caedmon y su entorno. Queda un sabor amargo de la terrible dureza de aquellos momentos, en los que la vida valía más bien poco, por no decir nada: matar o morir era la extraña "razón de ser". Muy buena novela, muy bien documentada y espléndidamente narrada.
hace 4 años