Robert Caligari tiene trece años y es un sádico en potencia. No ha encajado nunca en lo que se supone que uno debe encajar. Ha crecido tan alejado como ha podido de cualquier tipo de sentimiento que no le garantizase una satisfacción cruel y enfermiza. Y hoy morirá. Sin ser consciente de ello, su último día será un festival de violencia y caos.