“El juego de la luz” de Louise Penny es el tercer libro de de la serie del Inspector Armand Gamache que black Salamandra publica en Español, y es tan buena como las otras dos: “Una revelación brutal” y “Enterrad a los muertos”. La saga del Inspector Gamache comprende hasta hoy once novelas. No sé porque Salamandra escogió publicar en español a partir de la quinta, por lo que “El juego de la luz” ese la octava del ciclo, lo que nos hable del éxito que ha conseguido Penny con esta serie. Como en las anteriores, “El juego de la luz” transcurre en el idílico pueblo Tres Pinos, con los mismos protagonistas; Gamache, su brazo derecho, el inspector Jean Guy Beauvoir y la agente Isabelle Lacoste. También son protagonistas algunos de los habitantes del pueblo, como Clara y su esposo Peter, la librera Myriam, la excéntrica y deslenguada poeta Ruth, los empresarios Oliver y Gabri, la hotelera Dominique. La sinopsis nos dice que: “Clara Morrow lleva muchos años trabajando en el más absoluto anonimato como pintora aficionada en Tres Pinos, un tranquilo pueblecito de las afueras de Montreal. Así que, cuando el Musée d’Art Contemporain de la capital decide acoger una exposición sobre su obra, Clara no da crédito a la noticia. La sensación de irrealidad y los nervios que la atenazan la noche del vernissage se prolongan en la cena que ofrece en su casa para amigos y miembros del mundillo artístico. Sin embargo, este torbellino de emociones sólo será el preludio de una velada dramática: al día siguiente de la celebración, aparece el cadáver de una mujer en un rincón del jardín. Y no es una persona cualquiera: se trata de Lillian Dyson, quien no sólo es una reconocida crítica de arte capaz de arruinar una carrera, sino que también había sido la mejor amiga de Clara desde la infancia, hasta que una fuerte disputa las separó durante años. ¿Qué hacía en esa fiesta a la que no había sido invitada? ¿Por qué y quién la ha matado? Son preguntas elementales con las que Armand Gamache inicia la investigación, acompañado de Jean-Guy Beauvoir e Isabelle Lacoste, sus dos ayudantes más próximos”. Ya les habíamos comentado que el Inspector en Jefe de homicidios de la Sûreté de Quebec, Canadá, Armand Gamache, a diferencia de otros protagonistas del género negro, no es alcohólico, violento o inestable en sus relaciones familiares; al contrario, es compasivo y paciente; alto, elegante en el vestir y le gusta leer historia y poesía. en los 50 y tantos, casado desde hace más de 20 años con Reine-Marie, y padre de 2 hijos. Y así, con su mirada tranquila, sus preguntas inquisitivas, su capacidad deductiva, nos va enganchando en la investigación, que fluye de manera tranquila, con calma aparente, como siempre, entre desayunos, comidas y cenas sosegadas. Louise, con su clara y sencilla nos narra una historia que retrata las pasiones y miserias del mundo del arte canadiense, donde los odios y los egos producen muchos sospechosos a la novela, lo que la hace más atractiva, pues es muy difícil para el lector, encontrar al asesino.
hace 4 años