Espronceda es el único escritor de su generación que demuestra la imposibilidad de conciliar la experiencia terrestre con la creencia en un mundo justo y armonioso. Para ello, como ya lo dijo Larra, habría que rechazar unas tradiciones caducas, que cambiar radicalmente las costumbres, que establecer una ética nueva conforme con la problemática del progreso y de la libertad individual, política, industrial, estética. Fue también el solo poeta que supo expresar el desasosiego mortal de que hablaba Figaro. (...)En Espronceda, la rebelión contra la realidad responde al profundo impulso vital del hombre tal como lo concibió la mentalidad romántica, y no es sólo gesticulación y palabrería. Y en este sentido, El Diablo Mundo es el único verdadero poema romántico español.(...)El Estudiante de Salamanca es la primera y única manifestación literaria en España del romántico anhelo del alma ante el mundo y ante su misterio, el anhelo por descifrar el secreto de la realidad.