Novela desconcertante. Se inicia como una novela de ficción histórica pasando a ser novela policiaca para convertirse en casi su totalidad en un thriller psicológico, donde el escritor hace un retrato del pérfil psicópata excelente. Es una novela epistolar (cartas, diarios,...) con una trama retorcida y en la que te tienes que hacer con un lápiz para subrayar las mentiras que en ella abundan. Crees saber quien miente, quien se confunde pero el final no es aclaratorio de nada, porque desde que comienza, el tono de ambigüedad y sarcasmo abundan en todo el texto hasta la última palabra. Un final abierto para una lectura demasiado farragosa y liada; no existen capítulos, enlaza unos textos o cartas con otros, cuesta saber a quien va dirigido de primeras, lo que hace detenerte cientos de veces. La obsesión impregna toda la novela, en la que nos vamos a encontrar escenas auténticamente sádicas (pasaje del espía hicso), y el final claramente metafórico. A. Phillips juega con el lector por lo que las fechas son importantes y la saturación sobre datos arqueológicos que te queda en la cabeza te deja sin ganas de coger un libro en más e 24 horas. Todo ello para concluir que el detective se aproxima a la verdad de lo ocurrido pero sin dar con el verdadero psicópata (deducción que no expone en ningún momento el autor), el final queda abierto.
hace 4 meses
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