Escrito en 1943, a petición del gobierno francés en el exilio, este libro debía constituir un programa político para la nueva Francia. En él se dan cita las proposiciones fundamentales de una de las reflexiones filosófico-políticas más notables, interesantes y significativas de este siglo. Simone Weil trata en esta obra el tema de la necesidad humana del arraigo, analiza la situación de desarraigo de obreros y campesinos, y plantea cuáles son las necesidades del alma humana y las obligaciones hacia el prójimo que de ellas se desprenden. Albert Camus, su editor, lo consideró uno de los libros más importantes de la postguerra y un auténtico tratado de civilización.