Resumen

Este breve y cuidado libro es una introducción al mundo de Pierre Drieu La Rochelle (1893-1945), que, aunque denostado por “colaboracionista” con los invasores nazis de su patria (se suicidó antes de que lo detuviera la policía) no ha dejado nunca de ser -en mayor medida que Céline- un hombre lleno de encanto, que jugó a la mundanidad y al esnobismo y que dijo en Argentina (donde fue amigo de Victoria Ocampo) “Borges bien vale el viaje...”. Mujeriego, dandi, dotado de un fuerte espíritu tanto contradictorio como tanático, el autor de Fuego fátuo nunca se ha mirado con la impiedad con que se mira a Céline. Ambos fueron amigos y buenos escritores, pero mientras en Céline todo era amargura, en Drieu nunca deja de haber seducción…Sin embargo es cierto que colaboró con los nazis y que manifestó, a menudo, su desprecio por los judíos, pese a haber tenido amigos hebreos desde su juventud, como André Jeramec. Su colaboracionismono le impidió ser amigo de Aragon y de Malraux, aunque con el primero terminó mal. Su ideología algo difusa se ve en las páginas dispersas y personales de este libro, que incluye páginas de un diario y varios artículos, uno sobre su paso fugaz por la guerra de España, y sobre todo el texto de 1940 “Confesión”, donde trata de definirse, de aunar sus contrarios, y que en muchos momentos nos recuerda a Mishima.

1 Críticas de los lectores

9

Intenso y voraz. Un hombre que vivió, sintió y pesó sin medias tintas, las que se reflejan en su escritura. Pudo estar errado, como Céline, pero eso no le resta mérito y calidad.

hace 10 años