Es una historia distinta. Aquí no hay policía que investigue siguiendo pistas inverosímiles. Solo un padre que busca incansablemente a su hija, desaparecida tres veranos atrás. Tampoco hay líos sentimentales entre los protagonistas, aunque haya amoríos adolescentes. Y es dura. Es duro leer la búsqueda de Lina por un padre, Lelle, que no ceja en su empeño, año tras año. Es duro leer la vida de Meja, siempre detrás de su madre, Silje, incapaz de vivir sin un hombre, drogada o borracha. Y es triste. El desamparo de ambos protagonistas, uno buscando a su hija, la otra buscando unos padres distintos a la madre que tiene, es tristísimo. Y los caminos que llevan en esas búsquedas y lo que encuentran al final de ellos, todo es triste. Pero es una historia que atrae, a pesar de todo. Muy recomendable.
hace 4 años