Cuarto libro de creación de Carlos Jover, inclasificable en cuanto al género -a medio camino entre la narrativa y la poesía- e iconoclasta en su desgarrado contenido, que oscila entre la resignación más nihilista y una crítica acerba hacia el gregarismo y la mediocridad. El discurso plantea dilemas ontológicos y escatológicos a través de elementos oníricos, alegorías y, a menudo, imágenes y fraseos plenamente líricos.