Manuel Leguineche presenta una visión de la China actual y de lo que la vida y el itinerario político de Mao significaron en su configuración. Los eslóganes publicitarios, los ordenadores, los teléfonos móviles y los abrigos de visión han sustituido a los menajes políticos. La juventud china ha despertado bruscamente al consumo, a los vaqueros, a la comida rápida, al deseo inmoderado de los trabajos bien remunerados. Leguineche nos presenta así una sociedad en dramática transformación y en la que conviven lo viejo y lo nuevo.