Errar es humano, reza el antiguo proverbio, e incluso los jueces son humanos. Así pues, he aquí un apasionante recorrido por sus más disparatadas sentencias y actuaciones judiciales, que harán las delicias del lector al tiempo que le sobrecogerán ya que los ciudadanos siempre hemos querido creer, por activa o por pasiva, que la justicia es inmune al fallo o la chapuza. Nada más alejado de la verdad. Y como prueba fehaciente, he aquí este libro que, con amenidad y rigor, desmenuza lo que no debería ser pero lamentablemente es: que por un error judicial una persona pueda verse privada de la libertad o un delincuente resultar absuelto o burlarse la ley o... muchas cosas más.