Más de veinte años después de leer por primera vez esta novela juvenil me ha vuelto a encantar, no sé si por los mismos motivos que lo hiciera en la adolescencia, pero en esta ocasión destacaría el fascinante personaje de Anne.
Debido a un malentendido, los hermanos Marilla y Matthew Cuthbert, que habían pedido un niño de un orfanato para que les ayudase en la granja, reciben en su lugar a Anne Shirley, una peculiar niña huérfana de once años, pelirroja y pecosa –un verdadero drama para ella-, con un carácter vivaz e impulsivo, y tremendamente soñadora.
Ambientada en el medio rural, en Canadá, a principios del siglo XX, la novela abarca las vivencias de Anne desde los 11 a los 16 años, aunque se centra sobre todo en los primeros años que pasa con los Cuthbert, cuando su personalidad arrolladora e imaginación desbordante la meterán en muchos líos, pasando más deprisa por los últimos años de la adolescencia, cuando ya ha madurado y se plantea su futuro.
Lo he leído en inglés, se lee bien, aunque abundan las descripciones de la naturaleza, plantas, flores… detalles en los que siempre se fija la protagonista. Me ha gustado tanto que ya estoy buscando una edición en inglés de la novela que sigue a ésta, “Ana de Avonlea”, que no sé porqué no leí en su momento.
Una novela y protagonista divertida, optimista y positiva, incluso en situaciones adversas, de esos libros que ya sólo por la alegría que transmiten vale la pena leer. Y aunque por lo de “juvenil” pudiera parecer ligera, al contrario, es lo suficientemente profunda para ser recomendable a cualquier edad.
hace 8 años
18
-1