El autor ahonda en las profundidades de una poesía conversacional y directa, intimista en el puro sentido becqueriano, susurradora de misterios cotidianos; un verso arduo y bien entramado con ritmo de reflexión y latido, un verso exento de retóricas superfluas; construcciones poéticas fascinadas por los requiebros del mejor surrealismo de raigambre hispánica que, como las preciadas esencias de los jardines exuberantes, evoca los difusos matices de una memoria y un tiempo personal en el que el lector encontrará, sin duda, su propia memoria y reflejo. VI Premio Ateneo de Sevilla de Poesía.