Shelley y su madre viven en una casa de campo a media hora de la ciudad, aisladas y escondidas del resto del mundo. Con apenas quince años, Shelley intenta recuperarse del divorcio de sus padres y del bullying sufrido en la escuela, donde sus compañeras de clase se encarnizaron con ella hasta prenderle fuego en el cabello. Su madre, una abogada que podría haber hecho una gran carrera, se ve obligada a aceptar un trabajo mal pagado en un bufete, un empleo que le permite sobrevivir a duras penas. Shelley empieza a reconstruir su vida en el cottage. En su tímida reclusión, llega a compararse con un pequeño roedor. Pero a pesar de haber creado un refugio casi perfecto, los peligros del mundo acechan. Una noche, un intruso armado entra en la casa. Y esta visita inesperada cambia el rumbo de sus vidas para siempre.