Una escena ambigua en Casablanca que parece una violación entre adolescentes, desarrollada entre el deseo y la muerte. Abdelá va dando tumbos en el amor, y se refugia entusiasmado en el cine; en el rodaje de una película en Marrakech, conoce, queda prendado y se obsesiona con Javier. En el vuelo que le llevará hasta él, la muerte está al acecho. Son el amor y la muerte dos caras del mismo espejo.