Una novela de perdedores, de patios de luces, de ventanas indiscretas, de trenes expreso, de antros frecuentados por gente de mal vivir, por robinsones urbanos, por princesas prometidas en busca de un espejismo de cartón piedra... Si tuviera que quedarme con una novela de Rosa Montero sería ésta. Original, con una estructura audaz y dinamica, parece un bolero cantado por Pedro Almodovar, una poesía escrita por Joaquín Sabina. Quiero quedarme en este cuento o anticuento de hadas.
hace 9 años